Ideas para ahorrar agua en el jardín (I). Consejos generales

El jardín es un elemento ornamental muy apreciado tanto en viviendas individuales como en comunidades. Su mantenimiento conlleva un gasto elevado de agua y por ello, algo muy deseable pero que constituye un verdadero reto, es gestionar de manera eficiente el jardín para que se optimice el consumo de agua. Hay que ahorrar, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades de las plantas. Aquí te ofrecemos una serie de medidas que ayudarán a ahorrar agua en el mantenimiento de jardines.

Tipo de plantas

Las plantas autóctonas son la mejor opción para el ahorro de agua, pues con la lluvia que cae en la zona son capaces de vivir casi sin necesitar riego adicional. Si eliges plantas que nos son autóctonas, preferiblemente deben ser resistentes a la sequía, como por ejemplo las plantas crasas, los cactus o las palmeras.

Además, si tienes posibilidad, es muy recomendable agrupar las especies formando zonas con diferentes necesidades de agua, de manera que tengamos zonas de baja, media y alta necesidad y así optimicemos los riegos.

Si consigues que los grupos de plantas sean tupidos favorecerás la creación de un micro-clima húmedo, de forma que las plantas más altas den sombra a las pequeñas y las protejan del viento, evitando a la vez el crecimiento de malas hierbas.

Las plantas tapizantes o alfombrantes se usan para cubrir el terreno y son muy resistentes a la sequía. La uña de gato (Aptenia cordifolia) o la uña de león (Carpobrotus edulis) pueden ser una opción muy acertada.

Riego

Se debe combinar adecuadamente el uso del riego por goteo con el riego por aspersión o la manguera. El goteo es fundamental para el ahorro de agua, pero a veces no podemos prescindir de la manguera para aquellas plantas que son muy resistentes a la sequía y se riegan muy de vez en cuando.

Existen retentores de agua (polímeros y geles) que absorben, retienen y ceden el agua a las plantas. Además, filtran el agua que absorben, permitiendo los riegos con aguas salobres, calcáreas, de baja calidad, etc. Sus efectos pueden durar hasta 10 años.  Estos retentores son recomendables en nuevas plantaciones y en climas secos.

El disponer de un aljibe o estanque es muy interesante a la hora de aprovechar las aguas de lluvia. También las aguas de depuradora pueden ser un recurso interesante.

Planta, a ser posible, a principios de otoño, porque así las lluvias del invierno se encargarán del riego.

Suelo

En los suelos arenosos, una forma de aumentar la capacidad de retención de agua del terreno es realizar una enmienda orgánica (añadir residuos de origen animal y vegetal al suelo para mejorar sus características) con mantillo, turba, estiércol o compost.

La creación de acolchados (o mulching) con cortezas de pino, paja, mantillo, áridos o grava en la base de las plantas puede ayudar a evitar la evaporación y el crecimiento de malas hierbas.

Protección

El uso de setos, grupos tupidos de árboles, arbustos, vallas tapizadas con plantas trepadoras o con cañizo o brezo, e incluso los muros desnudos, son recursos muy buenos para proteger el jardín del viento, el cual puede resecar mucho la vegetación.

Las sombras son otro elemento necesario para proteger del sol y las podemos crear mediante la misma vegetación o con pérgolas y plantas trepadoras. Este último recurso es muy vistoso y se puede aprovechar como lugar de descanso o recreo en el jardín.

Nuestro próximo artículo referente al ahorro de agua en el jardín se centrará en el mantenimiento.

 

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