¿Has hecho obras en casa y ahora toca limpiar? Te damos algunos consejos para abordar la limpieza después de la obra, empezando por lo que puedes hacer tú sin ayuda hasta los servicios más especializados que puedes contratar.

La limpieza de la casa después de haber realizado una obra importante supone un verdadero desafío si queremos volver a ver nuestro hogar reluciente. El llamado “polvo de obra” se mete por todos lados y lo encontramos en todos los rincones, por lo que, a menudo, no basta con una sola pasada, sino que hasta que hayan pasado varios meses no conseguimos eliminarlo por completo.

¿Qué puedes hacer tú?

La opción más económica de limpieza es hacerlo uno mismo, y si has elegido esta opción, lo más importante es elegir el producto adecuado para cada mancha y superficie, y tener mucha precaución siguiendo las instrucciones de uso de cada uno.

Para eliminar manchas de cemento, yeso, residuos calcáreos u óxido de superficies como suelos, ladrillos o azulejos, que son resistentes a los productos más agresivos, existen varios productos adecuados. Decapantes ácidos, quitacementos, anticalcáreos o desincrustantes son productos ideales para esta labor.

Por otro lado, si las manchas son de productos como pintura, barniz, esmalte, aceite o cera, lo mejor es aplicar un disolvente como la acetona. Un decapante alcalino va muy bien para eliminar ceras y resinas.

 ¿Y qué hay de la tecnología?

Hay máquinas a disposición del consumidor con las que se pueden obtener resultados muy profesionales y algunas de ellas están al alcance de todos los bolsillos, o incluso ya disponemos de ellas en casa. A estos artefactos recurrimos cuando la suciedad o la mancha están muy impregnadas o porque hay mucha superficie que limpiar.

Al igual que en el caso de los productos mencionados en el punto anterior, aquí también debemos tener en cuenta el tipo de suciedad y la superficie de donde queremos eliminarla.

Cuando queramos eliminar el polvo de suelos rugosos o zonas exteriores amplias, las escobas automáticas son un buen aliado, mientras que para suelos lisos basta con un aspirador normal. Si los residuos son más grandes que el polvo, como piedrecitas, papeles o restos de clavos o cables, lo mejor es usar una hidrolimpiadora (máquina  para la limpieza de superficies con un chorro de agua a alta presión) o una escoba semiprofesional.

Cuando las manchas no están incrustadas en el suelo, da muy buenos resultados pasar una máquina rotativa. A los lugares estrechos se llega bien con un aspirador de agua.

Máquinas en alquiler

Cuando no es suficiente la aplicación de los productos químicos y las máquinas que tenemos en casa, la opción del alquiler se presenta como una alternativa adecuada. Si las superficies están muy dañadas o las manchas son muy persistentes y amplias, entonces podemos alquilar maquinaria que nos ayude.

Las empresas de maquinaria de alquiler ofrecen desde aspiradores hasta decapadoras, abrillantadoras, hidrolimpiadoras o barredoras profesionales.

Si no quieres hacer tú el trabajo, contrata una empresa

Si la vivienda a limpiar es muy amplia o la suciedad es variada y está dispersa, o simplemente prefieres dedicar tu tiempo a otras cosas, la opción de contratar una empresa especializada en la limpieza de fin de obra te garantiza un acabado profesional. La gran ventaja de esta opción, además del tiempo y esfuerzo que puedes ahorrar, es que, en la mayoría de los casos, en una sola sesión tendrás tu casa reluciente gracias a un equipo de varias personas y el uso de herramienta profesional.

Normalmente, el presupuesto suele hacerse en función de los metros de la casa, el número de ventanas, paredes, tipo de pintura, y otros elementos a limpiar como persianas o balcones.