El muérdago es una planta típica de las decoraciones navideñas en puertas y ventanas de nuestro país. La tradición viene de los países anglosajones en los cuales se considera un símbolo de buena suerte.

Es una planta parasitaria, cuyo nombre, procedente del latín, significa morder (mordere). Crece en grandes árboles alimentándose de la savia que obtiene de ellos al “morderlos”. Las especies donde normalmente enraíza son manzanos, robles, encinas y pinos. En ocasiones, algunas variedades, alcanzan varios metros de altura. Sus ramas son de color verde al igual que las hojas, y las flores, que se abren en primavera, son de color verde amarillento y nacen en racimos de tres a cinco unidades. También poseen un fruto, como el del acebo, pero de color blanco verdoso.

Historia del muérdago

Existen innumerables leyendas sobre el muérdago, pero en lo que coinciden todas es en que, desde la antigüedad, el muérdago ha sido considerado como una planta de buen augurio, prosperidad y salud. Fue muy apreciada por los pueblos celtas de Europa, sobre todo los druidas, quienes transmitieron la tradición a los pueblos anglosajones. También ha sido muy valorada en la mitología nórdica, en la cual se la asocia al Dios Baldur, al que estaba consagrada la primavera.

Su color verde durante todo el año, hizo que se le tomara como símbolo de la vida eterna. Los celtas lo recolectaban durante las fechas navideñas y lo hacían con una hoz de oro porque tenían la superstición de que así les daría riquezas y se convertiría todo en dinero, pues al secarse, los frutos adquirían un color dorado y el efecto era similar al de las perlas.

Tradición actual

Actualmente han llegado hasta nosotros varias versiones de las capacidades mágicas del muérdago.

La tradición dice que si una mujer es besada bajo el muérdago durante las fechas navideñas, entonces conservará para siempre el amor de su vida o, si no lo tiene, lo encontrará. También existe la creencia de que si una pareja se besa debajo del muérdago, les protegerá la buena suerte toda su vida.

El muérdago nos lo deben regalar, y una vez en casa, debemos situarlo cerca de la puerta de entrada o una ventana. De esa manera evitará el paso de los malos espíritus. Al año siguiente, debemos quemarlo y sustituirlo por otro que nos regalen, y así cada año.

Propiedades medicinales

El muérdago ocupó un lugar importante en la farmacopea antigua y hoy en día se le siguen atribuyendo propiedades medicinales, tranquilizantes y antiespasmódicas, habiendo sido utilizado contra la epilepsia, las convulsiones y los vértigos. También se dice que es muy efectivo para el lumbago y la ciática, además de tener cualidades homeostáticas y detener las hemorragias si se pone sobre la zona afectada aplicándose con compresas.

No obstante, debe tenerse en cuenta que en ciertas cantidades resulta tóxico, por lo que hay que tener cuidado con su utilización.

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